Escritura con valor Terapéutico

Lee poesía,

pues sus versos te susurran sabiduría universal al oído

y tú oirás lo que necesites oir.

Escribe poesía,

pues las palabras que derrames te desenredan,

reproducen tu mapa del tesoro personal

para que puedas encontrar tú misma

el oro escondido.

¿Cómo funciona la poesía con valor terapéutico?

La poesía es el lenguaje del alma, su ritmo el compás que nos calma.

Nuestros cerebros están sintonizados al ritmo y la rima de la poesía. Hasta los recién nacidos responden a la rima. De echo, un estudio reciente (2019) realizado en Finlandia a 21 recién nacidos, buscaba medir la actividad cerebral de los recién nacidos cuando escuchan conversación normal, música o nanas. Solo las nanas produjeron una respuesta cerebral significativa al cambiar la rima, lo que sugiere que el cerebro del niño estaba intentando predecir qué rima debería haberse producido.

Pero no solo el cerebro infantil, los adultos también aprecian el ritmo y la rima de la poesía, sobre todo estrofas con una forma regular. Esto puede deberse a que, según la teoría de fluidez cognitiva, tendemos a disfrutar más de aquello que es más fácil de procesar mentalmente, y el ritmo y la rima es precisamente lo que hacen. Es por eso que el ritmo y la rima intensifican toda respuesta emocional. Estos escalofríos emocionales que nos causa la poesía activan partes del lóbulo frontal y núcleo estriado de nuestro cerebro, áreas relacionadas con la recompensa y el placer. Un estudio r (2017) también indica que la poesía recitada causa no solo intensas emociones y escalofríos, sino también carne de gallina. Y es que también partes de la corteza insular del cerebro se activaron durante la lectura de poesía. La corteza insular está relacionada con la conciencia corporal, lo que explica que escuchar poesía pueda sentirse como una experiencia de cuerpo entero.

Las palabras también cuentan, y es que el uso de la palabra acertada intensifica la emoción del lector. La metáfora, en particular, activa la parte derecha del cerebro, siendo la parte izquierda la que suele activarse más a la hora de entender el lenguaje. Sin embargo, estudios han mostrado que la parte derecha puede ser de crítica importancia para integrar el sentido de dos conceptos sin relación aparente.

En momentos de trauma, nuestro cererbro no funciona igual, y algunas de sus partes casi no se activan, dificultando nuestra expresión. Al activar diferente partes de nuestro cerebro a través de la poesía, con su metáfora, su rima y su ritmo particular, podemos encontrar nuestra voz.

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